Su mirada fija en la pantalla
sufro porque no le va a dar tiempo
él sigue pegado al asiento
viendo alguna que otra batalla.
Una fuerza interior me carcome
¡agarraló de las orejas!
me susurran un par de viejas
Pero alguien desde dentro sujetome.
La guerra no está fuera.
Parca que me envolviste con tu manto,
¿acaso quieres que muera?
Ni Dios oye mi llanto
clavoseme daga certera
lo calmaré con este canto.
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