martes, 26 de marzo de 2019

De loco a genio. El deseo.

Loco que quieres ser genio
que reconoces en el matador
a tu libertador.

Loco que te enamoras
de un ser ahora invisible
mira que morir por su amor

Tu principe azul resultará,
a los ojos de los demás,
un terrible demonio.

Cuando tu amado caballero
con el filo de su espada
corte ese hilo
que sostine tu mirada

Cuando tu prisión se desmorone
serás alma triunfante y verás
que el cautiverio finalizó,
que el alma se liberó

Será hora de pedir un deseo
la gente ya no verá al loco
la metamorfosis, como al gusano,
lo habrá convertido en genio.

Y el deseo...

que mi asesino me lleve con Él,
después de haber acabado aqui mi misión,
y que por su crimen pague yo mi última deuda
con el perdón.

domingo, 24 de marzo de 2019

No volveré

La vida es cebo
y nosotras, las almas,
peces hacia el anzuelo.

Tensa y tira del sedal
después de picar
en conflictos pasados
aún no resueltos.

Entre tu ex y tu,
diferencia de algunas vidas
y ese conflicto,
reflejado en tu hijo
ya te ocurrio
en un tiempo pasado.
Tu alma, repitió.

Quizás, una vez muerto
helado te quedaste como en invierno
pero volviste al mismo infierno
a cerrar heridas que creias haber abierto.

Almas heridas
que se resisten en zona roja.
enfermero de guerra
brazalete de cruz roja.

Su negativa quema al intentar sacarla
Pero te mueres por ayudarla
Trae dolor y hospitalización
pero jamas, si es tu hijo, rendición.

Ya lo dijo Platón
que nos vió regresar
en un mito del copón.
con el ánimo de rescatar.

Cuantas veces hacia atrás has de andar?
Quizas no salgan porque te esperan
Diles que no volverás aunque te quieran
y que no morderas más, el cebo echado al llorar.

Esta será mi últma encarnación.
A lo mejor en mi cara no la vereis,
pero cuando esta vida anuncie su finalización,
con una sonrisa en el corazón me despediré.
Al recordarla, con un mapa seguirme lograreis 
y en el recuerdo de la vuestra permaneceré.

Seguidme si quereis, pero no volveré.



Marinero

Echado a la mar al nacer, marinero El aire que respiras, es tu viento y el cuerpo un velero.   En las tormentas, recoge la henchida...